Obispo Bernardo Conde y Corral
Obispo Bernardo Conde y Corral

La construcción de un Santuario dedicado a la advocación de la Virgen de la Saleta en el pueblo de Siador-Silleda (Pontevedra) en 1864 llegó a oídos del entonces obispo de la Diócesis de Zamora, Don Bernardo Conde y Corral. Empujado por el fervor mariano que el mensaje de la Virgen en el monte de la Saleta había propiciado en la vecina Galicia, encargó pronto la divulgación de la nueva advocación a las RR. MM. Premostratenses del Monasterio de Santa Sofía de Toro. Tres serán los focos de irradiación de la devoción saletina en la Diócesis de Zamora: el propio Convento de Santa Sofía de Toro, las RR. MM. Bernardas de Benavente y la Asociación de Fieles de Zamora capital, cuya imagen titular recibe hoy culto en la Iglesia de San Andrés.

El 17 de septiembre de 1868 el obispo de Zamora aprobaba las bases por las que se regiría la “asociación piadosa que se erige en la Iglesia de la Purísima Concepción de esta ciudad en honra y gloria de la Reina de los Ángeles, que se dignó hablar a los hombres en el monte de la Saleta”. Dicha Asociación de Fieles de la Virgen de la Saleta, que ocuparía la capilla del Rosario de la Iglesia que hoy, desacralizada, alberga la Biblioteca Pública del Estado, nacía impulsada por un buen número de religiosos y laicos de la Diócesis, actuando como director espiritual D. Juan Pujadas, canónigo doctoral de la S.I. Catedral de Zamora.

Iglesia Concepcion Zamora
Foto antigua de la portada de la iglesia de la Concepción, hoy Biblioteca Pública del Estado

La asociación estaba formada por “todos los cristianos de ambos sexos, cualquiera que sea su estado de profesión, oficio y riqueza” que eran organizados en pequeños grupos llamados coros y pedirá desde el inicio su agregación a la Archicofradía establecida en el Santuario erigido en Francia, en el lugar de la aparición.

Una vez erigida la asociación de fieles de la Virgen de la Saleta en septiembre de 1868, el obispo de la diócesis fue generoso otorgando indulgencias a los asociados por diversos motivos, entre ellos 40 días en el día de inscripción. El 28 de Mayo de 1868 la asociación solicitará a Francia un trocito de la roca sobre la que se apareció la Virgen de la Saleta, recibiéndolo con alegría algún tiempo después. Dicha reliquia, que ha llegado hasta nuestros días, se conserva actualmente en el relicario de la sacristía de la Capilla de los Sotelo en la Iglesia de San Andrés y se expone a la veneración durante el Triduo de septiembre.

Libro actas saleta zamora
Detalle libro de actas Asociación Virgen de la Saleta – Archivo Histórico Diocesano de Zamora

El 27 de mayo de 1870 los responsables de la asociación mantendrán una reunión con el imaginero Ramón Álvarez Prieto, que había compuesto por entonces varios pasos de Semana Santa y multitud de imágenes devocionales en toda la provincia con notable éxito. En dicha reunión con el artista de Coreses se acordó la confección de la Virgen de la Saleta y los dos pastores, Maximino y Melania, en imágenes vestideras para minorar el coste. El precio acordado fue de 1.500 reales, 1.000 a pagar al término de la obra y 500 posteriormente. Los ropajes de las tres imágenes, que estarían finalizadas en el mes de septiembre, los realizaría la hija del imaginero.

Una vez entronizada solemnemente la Virgen de la Saleta en la Iglesia de la Concepción (edificio que ocupa actualmente la Biblioteca Pública) la asociación de fieles vivió una fructífera etapa entre 1870 y las primeras décadas del siguiente siglo. Testigo de la devoción que la Virgen de la Saleta suscitó entre los zamoranos son las numerosas donaciones recogidas en los inventarios de la asociación conservados en el Archivo Histórico Diocesano.

Con los derrumbes producidos en la Iglesia de la Concepción en la década de los 60, en estado ya de semiabandono, y la asociación prácticamente inactiva por la avanzada edad de sus miembros, la imagen fue trasladada al Museo de Semana Santa donde se tenía la intención de utilizarla como María Salomé en un supuesto paso de las Tres Marías y San Juan con imágenes del escultor Ramón Álvarez. 

Enterado del hecho que enterraría para siempre la advocación de la Saleta en Zamora, el1795751_619755914807484_6714086255780264553_n misionero saletino, Juan Magro Andrés (1928-2008), se desplazó a Zamora y consiguió rescatar la imagen, cuyo bastidor original elaborado por el imaginero Ramón Álvarez había sido mutilado. 

Se le dedicó una Misa de desagravio en la Iglesia de San Juan, siendo trasladada de forma provisional al Monasterio de Santa Clara en 1971 mientras el Obispado procuraba un nuevo lugar de culto al grupo escultórico que recordaba el mensaje de reconciliación y esperanza dado por la Virgen María en una montaña de los Alpes el 19 de septiembre de 1846.

Con el cuidado de las clarisas la Imagen permaneció en la clausura, exponiéndose al culto público únicamente para la celebración de su Triduo de septiembre. En mayo de 2014 la imagen se trasladó a la antigua iglesia de la Encarnación (Diputación Provincial de Zamora) para la exposición conmemorativa del 125 aniversario del fallecimiento de su autor, el imaginero Ramón Álvarez. Desde allí sería trasladada de manera definitiva a la iglesia de San Andrés (Seminario Diocesano San Atilano), a petición de un grupo de fieles, con el visto bueno de la Delegación para el Patrimonio y la Cultura del Obispado de Zamora. La Virgen fue entronizada solemnemente en la capilla de San Nicolás de Tolentino del mencionado templo el día 24 de mayo de 2014, donde recibe culto desde entonces.

Con la puesta al culto de la Virgen de la Saleta se constituyó inmediatamente la Asociación Virgen de la Saleta, que quedó erigida como asociación pública de fieles según decreto del Obispo de Zamora, D. Gregorio Martínez Sacristán, con fecha 25 de julio de 2016, Solemnidad de Santiago Apóstol.

En junio de 2018 la Cofradía aprobó en Asamblea General Extraordinaria el cambio de sede canónica a la iglesia de San Torcuato. El traslado se efectuó de manera solemne la noche del sábado 15 de septiembre de 2018, conmemorando además el 150 aniversario de la llegada de la advocación a la Diócesis de Zamora.